Sobre las pastas de té es difícil
añadir algo que no sepamos todos, aun así sobre estas en concreto se puede decir: que tienen una formula muy
equilibrada, que las hace absolutamente exquisitas, ideales como
acompañamiento de un té o café.
INGREDIENTES
- 550 g de masa quebrada azucarada (última entrada)
- glaseado de huevo (1 yema de huevo mezclada con 1 c/s de leche)
COBERTURAS (para la decoración)
- 4 c/s de mermelada de frambuesa
- un puñadito de almendras laminadas
- 1 c/s mermelada de albaricoque, kiwi, etc.
- 75 g de nata montada (en la proporción de 10 g de azúcar por 100 ml de nata para montar)
- unas poquitas moras o arándanos
- unos ramilletes de grosellas
- azúcar glas para espolvorear
ELABORACIÓN
Espolvorear la superficie de
trabajo con harina y extender 450 g de masa quebrada azucarada hasta que tenga 2
a 3 mm de grosor, también espolvorear harina sobre la masa para trabajarla con
el rodillo y así facilitar que este se deslice con suavidad, hacer esto las
veces que sean necesarias hasta conseguir el grosor deseado.
Con un cortapastas ondulado,
cortar tantos discos como sea posible de la lámina de masa.
Elaborar las pastas como se
indica a continuación:
Mermelada de grosellas: colocar
el número de discos de masa que se quiera en una bandeja de horno y pincelarlos
con agua fría. Cortar un agujero en el centro de la mitad de los discos y
colocarlos encima de los otros discos. Con una cucharilla de café, rellenar los
huecos con mermelada de grosellas y pincelar las pastas con el glaseado de
huevo.
Hay que tener en cuenta que se
trata de pastas dobles de gruesas, por lo que necesitaran más tiempo de horno.
Almendra: colocar el número de
discos de masa que se quiera en una bandeja de horno, pincelar con el glaseado
de huevo y poner unas pocas almendras fileteadas en cada uno.
Nata montada: poner el número de
discos de masa que se quiera en una bandeja de horno y pincelar con el glaseado
de huevo. Hacer un dibujo en la
superficie, presionando y deslizando la parte trasera de un tenedor.
Mermelada de albaricoque:
extender 100 g de masa quebrada azucarada, formando una especie de salchicha de
unos 3 cm de diámetro. Cortarla en 6 partes iguales y formar una bola con cada
una, aplanándolas ligeramente. Presionar con el dedo índice en el centro para
hacer un pequeño hueco. Rellenarlo con mermelada de albaricoque, justo antes de
introducirlas en el horno.
Para hornear las pastas:
precalentar el horno a 170º C y hornear de seis a 10 minutos, dependiendo de su
grosor. Si se prefieren con más color, subir la temperatura del horno a 180º C
durante los últimos dos minutos. Dejar que se enfríen en una rejillas.
Para el acabado de las pastas:
una vez frías, decorar con la nata montada las que se quiera y poner sobre
ellas algunas moras, grosellas o arándanos.
Espolvorear las pastas de almendra con azúcar glas y a disfrutar.
CONSEJOS: hay que tener cuidado
al manipular esta masa, pues al tener un alto contenido en mantequilla, se
ablanda en exceso con mucha facilidad cuando pasa esto es mejor parar y dejar
que coja otra vez cuerpo en el frigorífico, aunque tiene esta pequeña dificultad
merece la pena hacer esta fórmula rica en mantequilla por lo exquisitas y
refinadas que son las elaboraciones en las que se emplea.
Siempre conviene dejar un espacio entre las pastas cuando vamos a
hornear aunque como en este caso no
desarrollen demasiado.
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